El amor más profundo viene
acompañado de odio. Sí, así lo dice la ciencia. A veces, solamente a
veces, la persona amada se convierte en objeto de un odio profundo.
Pero, a no preocuparse porque es perfectamente normal. Explican los
entendidos en la materia que es así porque la misma región del cerebro
activa ambos sentimientos. Y el amor, frente a una situación de enojo se
convierte entonces en odio.
Un gestito de cariño en el peor
momento puede ser la mejor idea. Así dice un estudio de la Universidad
de California. Aquellas parejas que pueden, en el medio de la más
espeluznante discusión, aflojar un momento y hacer un chiste o una
mínima caricia al otro, son las que mejores perspectivas tienen por
delante. Es que esos pequeños guiños en momentos difíciles hablan de un
c o m p r o m i s o que va más allá de la circunstancia peleaguda. Es como
decirle al otro "yo sé que nos vamos a arreglar en cualquier momento" y
además disminuye el impacto agrio de la pelea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario