lunes, 25 de junio de 2012

El amor más profundo viene acompañado de odio. Sí, así lo dice la ciencia. A veces, solamente a veces, la persona amada se convierte en objeto de un odio profundo. Pero, a no preocuparse porque es perfectamente normal. Explican los entendidos en la materia que es así porque la misma región del cerebro activa ambos sentimientos. Y el amor, frente a una situación de enojo se convierte entonces en odio.

Un gestito de cariño en el peor momento puede ser la mejor idea. Así dice un estudio de la Universidad de California. Aquellas parejas que pueden, en el medio de la más espeluznante discusión, aflojar un momento y hacer un chiste o una mínima caricia al otro, son las que mejores perspectivas tienen por delante. Es que esos pequeños guiños en momentos difíciles hablan de un c o m p r o m i s o que va más allá de la circunstancia peleaguda. Es como decirle al otro "yo sé que nos vamos a arreglar en cualquier momento" y además disminuye el impacto agrio de la pelea.

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